Cuando era pequeña disfrutaba mucho jugando a las adivinanzas con mis padres, un juego sin duda divertido y que ayudaba a pasar el rato. Lo que nunca imaginé el día que me hice empresaria en Sant Cugat es que, tantos años después, el Ayuntamiento iba a conseguir recuperar el espíritu de esos momentos de incertidumbre donde tratabas de hacer todo tipo de conjeturas esperando que fueran ciertas.
El deporte es, sin duda, uno de los estandartes de la marca “Sant Cugat”. La evolución continua de algunos de nuestros clubes en los últimos años ha hecho que muchos de ellos estén ya en la élite del deporte catalán y español, y quién sabe si más pronto que tarde, a alguno de éstos los veremos competir con asiduidad en campeonatos de Europa.